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domingo, 1 de junio de 2014

ENTREGA FINAL III

Tras liberarme de entregas de otras asignaturas, podía, por fin, centrarme plenamente en el pabellón. Tenía ganas de jugar y divertirme con este trabajo y lo conseguí. Seguí el consejo de los profes y elegí el Bosque de Oma como el lugar donde proyectarlo.

Empecé haciendo más dibujos, aparte de los que ya había hecho en las anteriores entregas, para poder llevar acabo nuevas ideas:

Probé con multitud de técnicas que se me ocurrieron, lo importante era jugar, probar cosas. En este por ejemplo me dediqué a manchar una bola con colores y a lanzarla en el papel.












Después hice una serie de dibujos es lo que añadía trozos de madera de diferentes formas y pintados o sin pintar.





Después decidí cambiar el papel blanco por el papel negro y así empezar a usar la lejía y la barra conté con acuarela más seca.






Se me ocurrió un elemento un tanto estúpido, pero había que explorar, así que usé... ESPUMA DE AFEITAR!




También hice una prueba en un papel más rugoso que luego utilizaría en una maqueta...




....e hice un dibujo poniendo trozos de papel espejo.




Después de hacer estos dibujos me dispuse a hacer pruebas de transparencias y de texturas a través de diferentes collages. Mi intención era explorar los diferentes materiales con los que podía hacer mi pabellón y que efectos podía provocar. Usé muchos papeles de diferentes tipos









Puse estos papeles sobre algún dibujo para ver que efectos causaban en ellos...





... e hice un collage con botones de diferentes tamaños (no es una foto de google).




A partir de estos dibujos y collages empecé a tantear las primeras propuestas de mi pabellón, para lo que hice varias maquetas:

Primera : alambre que se mueve entre los árboles sin función definida.









Segunda: espejos situados a lo largo del bosque. Este me recordó a un proyecto de Solano Benítez.










Tercera: planos semitransparentes colocados en paralelo, formando espacios entre ellos.











Cuarta: planos semitransparentes colocados también en paralelo pero con una cierta curvatura y estos son de colores.









Quinta: listones de madera colocados de forma apilada de tal forma que estos sirven como refugio debajo y por encima actúan como un grada.








Sexta: laberinto hecho a base de una verja de bambú.















Séptima: red que sirve como cubierta y que permite ver el cielo.











Octava: bolas colocadas a lo largo del bosque. No definidas si van pegadas o hay separación entre ellas. Su función consistiría en tener la capacidad de ser un lugar donde instalarse. Podrían estar coloreadas como los árboles.











Había propuesto hasta 8 ideas pero ninguna me terminaba de convencer, así que volví a mi idea inicial, las esculturas de Oteiza y Chillida que vimos en nuestro maravilloso viaje. Empece con unos dibujos que fui desarrollando  mediante abstracción para ver como podría integrar esto en el bosque.














Descubrí que lo que le fallaba a mi proyecto de las primeras entregas era que era un único truño gigante plantado en medio del Bosque de Oma. Lo que me pedía el proyecto era descomponer mi pieza en varias piezas pequeñitas que se distribuyeran por el bosque.

A continuación decidí hacer 2 piezas de mi proyecto para hacerme una idea de la forma que quería que tuviesen exactamente:















Una vez que había sido capaz de "fabricarlo" con mis propias manos, decidí reformar el modelado que ya había hecho en Rhino anteriormente. Este pabellón estaría compuesto de 4 piezas más pequeñas y una más grande situada más o menos en el centro de estas. Estas estarán a una distancia considerable, para que puedas refugiarte en lugares muy separados unos de otros.

El hecho de que sean tan abiertos nos permitirá disfrutar de las vistas mientras estamos resguardados y así no perderemos esa unión entre el bosque y el pabellón. Incluso se le podrían añadir dibujos o pintar este pabellón siguiendo el mismo patrón que los árboles.














Y por último hice unos fotomontajes de las diferentes piezas del pabellón dentro del bosque, incluyendo en ellos la escala humana, para poder hacernos una idea del tamaño de este. Estos tienen un cierto rasgo de abstracción al igual que los dibujos con los que empecé el trabajo.


















Desandar el bosque 
en tardes doradas , 
el olor a pinos 
mi espíritu embriaga. 
El día se filtra 
por entre las ramas, 
color verde oscuro 
que cubre la flama 
de ese sol curioso 
que vendrá mañana. 
El bosque encantado 
está en el lugar 
donde a mi me gusta, 
muy cerca del mar.



Cruzas por el crepúsculo.

El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.


Aquí los collages:

El primero, que contiene todos los primeros dibujos abstractos




El segundo con los dibujos que dieron lugar a las primeras maquetas abstractas



El tercero, que contiene el germen del pabellón definitivo con los dibujos que se fueron desarrollando hasta llegar a la maqueta y al modelado en ordenador



El cuarto y último, que contiene referencias (Bosque de Oma y Oteiza) y los fotomontajes del pabellón integrado en el bosque mediante abstracción.